27/2/11

LA CARRERA DEL MEGAPÍXEL

Ningún fabricante quiere quedar atás, porque más resolución en el mundo digital "siempre es mejor". Eso al menos quieren vendernos los fabricantes de cámaras digitales. ¿A que nos referimos con lo de incremento de resolución?  Sencillamente al aumento del número de píxeles de los sensores de imagen.


Olympus E-100 RS (año 2000): CCD de 1,5 millones de píxeles


Hasta hace muy poco, hablar de cinco y seis millones de píxeles en una cámara digital era referirse a una resolución más que respetable, suficiente para hacer una copia en un formato A3 o mayor, y ¿hacemos muchas ampliaciones de ese tamaño? Casi con toda seguridad, la mayoría contestaríamos que no. Aun así, hemos de reconocer que hablar de muchas megas satisface mucho e impresiona más. Esto lo saben los fabricantes, y ahora nos dicen, que a pesar de que no hagamos grandes ampliaciones, el aumento de píxeles nos da opción a reencuadrar una foto -recortando aquello que le sobra-. Sin duda un argumento.

Por un momento pensemos en el formato tradicional -químico-, cuando un fotógrafo escoge el formato medio -pensemos en un 9x9- y no la película de 35 mm, si le preguntásemos el motivo de su elección, sin duda, nos contestaría que escoger la película de mayor tamaño viene determinada por la sensación que transmite, que recoge incluso la atmósfera que rodeaba al motivo ... , en una palabra, más calidad. Desde luego nunca escucharíamos como argumento el poder reencuadrar después la foto sin perder calidad.

Volvamos al terreno digital. En una foto digital no solo cuenta el número de píxeles, ¿y la calidad de éstos?. La verdad es que el número de píxeles es uno de los muchos elementos que afectaran a la calidad final de la imagen, pero también influye otros factores como la exactitud geométrica, la precisión del color, la gama dinámica y el nivel de ruido.


Olympus E-300  (año 2004): CCD de 8,9 millones de píxeles



Los sensores convencionales están formados por un mosaico de fotodiodos sensibles al rojo-azul-verde sucesivamente. Esto es así porque los fotodiodos son dispositivos monocromáticos, por lo tanto, un patrón embaldosado tipo "mosaico" con filtros de color rojo, verde, o azul, se coloca encima del sensor para recoger solamente su longitud de onda (roja, verde, o azul) a través de cada píxel, registrando solamente un color. Los sensores convencionales registran por tanto solamente un 25% de rojo y azul, y un 50% del componente verde de la luz. La imagen final será el resultado de la combinación de información real e inventada, gracias a los refinados procesos de imagen de la propia cámara.

A la vista de lo expuesto, la exactitud del color y detalles de la imagen va a venir determinada por múltiples factores, como serían el tamaño de los fotodiodos, el filtro de color empleado, el trabajo de algoritmos para "inventar" el color de los píxeles que faltan por canal, entre otros.

Ahora es cuando surgen las dudas, ¿hasta que punto es conveniente aumentar el número de píxeles, si ello implica reducir su tamaño al no variar las dimensiones del sensor?. Hemos de recordar que píxeles más pequeños supone reducir el tamaño del fotodiodo, por consiguiente mayor dificultad para interpretar la luz, que conllevará menor exactitud de los colores y mayor cantidad de ruido. Para paliar estos inconvenientes las marcas se esfuerzan en mejora el software encargado de tratar la información que dará lugar a la imagen final, así como mejorar la calidad de las ópticas. No podemos olvidar que la calidad de la foto digital depende de la combinación de óptica, sensor y software.

En definitiva, no debemos dejarnos seducir únicamente por el número de megapíxeles que ofrezca un producto, tenemos que sopesar otros elementos, como su tamaño y calidad. Aun así, lo más importante es que las imágenes de nuestra cámara digital satisfagan nuestras necesidades.


Ricardo Salgado 23-12-2004 fotobasica.com