25/2/11

EL PAISAJE

Si el tema primordial de la fotografía es el retrato, el paisaje es el segundo motivo que despierta interés en los fotógrafos.

Las puestas de sol son uno de los motivos más extendidos en el paisaje:



La óptica a emplear
Para la fotografía de paisajes se emplea mayormente los objetivos angulares o gran-angulares, las razones serían:

1.- Su capacidad para abarcar una parte mayor de la escena que los objetivos normales o teles.

2.- Que exageran las distancias existentes entre los distintos elementos que componen la escena, incrementando la sensación de profundidad, lo que se traducirá en una fotografía de paisaje más impresionante.

Una focal de 28mm o 35mm puede resultar perfecta, pero también se pueden lograr interesantes paisajes con focales mayores.

Para esta toma se utilizó una focal de 120mm


El centro de interés
Al igual que en el resto de las disciplinas, en las fotografías de paisajes es importante incluir un elemento principal o dominante, que situaremos en la toma atendiendo a la regla de los tercios, para que el observador fije la vista en él, es lo que llamamos punto o centro de interés. Éste puede ser un árbol, una casa, o como no, una persona, que además nos servirá como referencia del tamaño y proporción del resto de los elementos incluidos en la fotografía.

Las figuras humanas constituyen el elemento dominante de esta toma:


El encuadre
En los paisajes evitaremos situar el horizonte, así como el punto de interés (salvo excepciones), en el centro de la toma, a fin de evitar una fotografía simétrica que resultaría poco interesante. Debemos aplicar la regla de los tercios, y situaremos el horizonte en el tercio superior o inferior del encuadre.

En esta foto se  ha aplicado la regla de los tercios:


También podremos realizar encuadres originales si elevamos o bajamos el horizonte, así:

1.- Horizonte cercano a la parte superior de la toma: es un útil recurso para prescindir de cielos monótonos, cobrando todo el protagonismo los elementos que componen el paisaje, y para revelar que éste se extiende ilimitadamente.

2.- Horizonte próximo a la parte inferior del bastidor: conseguiremos resaltar el cielo al darle todo el protagonismo de la foto, por tanto es obligado que éste se encuentre cargado de nubes u otros elementos que lo hagan interesante. Un cielo sin nubes por muy azul que esté siempre resultará aburrido.

En un tema como el paisaje parece obligado hacer uso del formato horizontal, pero el encuadre vertical brindará imágenes más impactantes y será el más apropiado cuando queramos resaltar elementos que se encuentren en primer término.


En esta foto se le ha dado todo el protagonismo al cielo:

La luz
Los momentos más propicios para fotografiar un paisaje serían:

- Al amanecer, ya que contaremos con una iluminación cálida, con la que se logran tonos pastel que embellecerán cualquier paisaje.

- Al atardecer, cuando la iluminación se vuelve extremadamente cálida, con tonos amarillos y dorados, que darán paso a los anaranjados, las sombras se alargan, lo que otorgará a los paisajes sensación de profundidad, calidez y textura.



Al atardecer nos encontraremos con tonalidades increíbles:



La perspectiva atmosférica
En el paisaje debemos prestar atención a la perspectiva atmosférica, que es un fenómeno causado por las partículas que se encuentran en suspensión en el aire al incidir la luz en ellas, dando lugar a la calima, bruma o niebla.

- Calima: cuando las partículas son secas, como el humo y el polvo.

- Bruma o niebla: cuando las partículas son húmedas, es decir, pequeñísimas gotitas de agua que dispersan los rayos de luz palideciendo los colores y reduciendo el detalle.

Así la perspectiva atmosférica hará que los elementos más alejados de una toma se vean más claros y menos nítidos, mientras que los cercanos se apreciarán más intensos y contrastados, recurso que podemos emplear en el paisaje para dar mayor sensación de profundidad.


Apreciamos una diferencia de tonalidad en las montañas como consecuencia de la bruma:



El diafragma y la velocidad
Es recomendable hacer uso de los valores más altos de diafragma (los más cerrados: f/8; f/11; f/16... que permita nuestro equipo), así nos aseguraremos de que se recogen hasta los tonos y detalles más sutiles.

La fotografía de paisaje es normalmente estática, lo que nos permitirá hacer uso de velocidades de obturación relativamente lentas, ya que como hemos comentado en el párrafo anterior deberemos dar prioridad al valor del diafragma sobre la velocidad, por ello deberemos ser cuidadosos a la hora de efectuar el disparo para evitar el efecto de foto "movida".

Es importante reseñar que cuando el destino del paisaje va a ser una ampliación es prácticamente obligatorio el empleo del trípode, aun cuando hagamos uso de ópticas angulares (menos sensibles al movimiento) y velocidades de disparo rápidas, de lo contrario al "estirar" la imagen podremos apreciar una aparente falta de foco, que podemos interpretar erróneamente como un problema de falta de enfoque, cuando en realidad se trata de un efecto causado por la trepidación de nuestra mano. Defecto que no apreciaremos en una copia de pequeño tamaño pero que si se hará visible en una ampliación.


Ricardo Salgado 24-08-2005 fotobasica.com