26/2/11

ARCHIVOS DE IMAGEN (VOLCAR Y ALMACENAR)

La tecnología digital ha cambiado el soporte de imagen en las cámaras de fotos, ya que la película fotosensible ha sido sustituida por el sensor de imagen, por tanto los negativos o diapositivas fruto de la película tradicional han dado paso a los archivos de imagen digitales, que también hemos de almacenarlos cuidadosamente si no queremos perder nuestras fotos.

La película fotosensible ha sido sustituida por el sensor de imagen digital


La imagen digital está compuesta por píxeles, y la capacidad de cada píxel para almacenar color se expresa en bits, que son la unidad mínima de información digital. Cuanto mayor sea el número de bits almacenados en un píxel hablaremos de mayor profundidad de color, es decir, mayor número de colores en la imagen fruto de la combinación de los bits/píxel x 3 canales de color (azul, rojo y verde), así:

- Un canal de color con 8 bits/píxel nos ofrece 256 niveles de tonalidad, resultado de la combinación de 8 dígitos con 2 valores posibles (0 y 1), es decir matemáticamente hablando sería 2 elevado a 8. Lo que traducido a escala de grises nos arrojaría una gama de 256 grises posibles.

- La combinación de tres canales de color elevan los niveles a 16.777.216 de tonalidades posibles, fruto de combinaciones de 24 digitos con 2 valores (0 y1), o lo que es lo mismo, 2 elevado a 24.

- En el caso de que cada píxel tenga 16 bits los niveles de color serían el resultado de las combinaciones de 48 digitos con 2 valores posibles cada uno de ellos. Aquí es necesario realizar una puntualización, en realidad el número máximo de bits por píxel va a venir determinado por la capacidad de interpretación del convertidor analógico-digital de cada cámara, encargado de traducir la señal analógica captada por el sensor de imagen para convertirla en información digital, que en la mayoría de los modelos actuales responde a 12 bits por canal, aunque encontraremos algunos equipos con convertidores de 14 bits e incluso 16 bits.

En la tabla siguiente podemos apreciar los diferentes niveles de tonalidad -luminosidad- que podemos obtener, en cada uno de los tres canales de color -azul, rojo y verde-, en función del número de bits de información que contenga cada píxel:

Número de bits/píxel
Cada canal de color
8 bits
256 niveles de luminosidad
12 bits
4.096 niveles de luminosidad
14 bits
16.384 niveles de luminosidad
16 bits
65.536 niveles de luminosidad


Volcado de imágenes digitales en nuestro ordenador
El traspaso de imágenes a nuestro ordenador desde la cámara digital, en la mayoría de los casos, podrá realizarse a través de un cable USB desde la propia cámara, aunque correremos el riesgo de dañar la conexión por su uso frecuente, por lo que resultará preferible extraer la tarjeta de memoria y emplear un lector de tarjetas.

Un lector de tarjetas digital es un dispositivo que permite la transferencia de datos a gran velocidad desde las tarjetas Compact Flash (CF), Secure Digital (SD), Smart Media (SMC), Multimedia Card (MMC), IBM Micro Drive, Memory Stick, xD-Picture Card (xD)... al ordenador, a través del puerto USB de éste.

Es preferible que conservemos el archivo original, tal y como ha sido procesado por la cámara, como si de un "negativo" se tratase e independientemente del tipo de formato empleado -RAW, TIFF o JPEG-, porque de hacer modificaciones sobre él puede suponer perdida o deteriorar información que difícilmente podremos recuperar. Estos archivos originales debemos almacenarlos periódicamente en CD o DVD, la elección de un soporte u otro dependerá del número y tamaño de los archivos que queramos almacenar, ya que la capacidad de un DVD  (4,7 GB) es seis veces superior a un CD (700 MB).


Mayor número de bits/píxel se traduce en más fidelidad de color:


Archivos JPEG (8 bits/canal)
Posiblemente el formato más extendido y presente en casi todos los modelos digitales es el archivo JPEG, cuenta con la ventaja de su reducido tamaño, ya que en poco más de 1 MB podrá comprimirse la información de una imagen de 4 millones de resolución, el lado negativo es que esa reducción de tamaño puede suponer pérdida de valiosa información.

El principal problema que puede presentársenos con los archivos JPEG es que cualquier cambio que realicemos degradará la calidad de la imagen original, baste como ejemplo que cambiar la orientación de una foto en JPEG (girar la imagen) supondrá comprimir nuevamente la imagen con la consiguiente pérdida de información y calidad de la misma.

Es imprescindible que realicemos una copia de cada imagen en JPEG que guardaremos en formato TIFF, siendo los archivos TIFF sobre los que aplicaremos cuantas modificaciones consideremos necesarias.


Abusar de la compresión puede mermar drásticamente la calidad de una foto:



Archivos TIFF (16 bits/canal)
Este tipo de archivos soportan hasta 16 bits por cada uno de los píxeles que componen la imagen, es por tanto el formado más adecuado para conservar la información si no queremos renunciar a la capacidad de interpretación del color del convertidor A/D de nuestra cámara, siempre que hayamos disparado en RAW. De los archivos en estado bruto -RAW- podremos generar copias en TIFF (16 bits/canal) o JPEG (8 bits/canal), siendo preferible optar por el formato TIFF por su capacidad de almacenar una mayor profundidad de color.

De las imágenes tomadas por nuestra cámara en JPEG, una vez volcadas en el ordenador, debemos hacer una copia en formato TIFF, sobre las que podremos practicar todos aquellos cambios que estimemos necesarios, que podremos ir guardando sucesivamente sin que impliquen pérdida de información, ya que manejamos un archivo sin comprimir.

A los archivos TIFF les podremos aplicar compresión LZW, sin pérdidas de calidad pero reduciendo su tamaño solamente a la mitad.


Los archivos TIFF garantizan la conservación de la información sin pérdidas:



Archivos RAW (negativo digital)
Son los auténticos negativos digitales, que podremos convertir en imágenes TIFF de 16 bits/canal (48 bits), frente a los 8 bits/canal (24 bits) de las imágenes TIFF obtenidas a partir de los archivos JPEG o de los archivos generados por la propia cámara al elegir el modo de disparo en TIFF. Cabe recordar que si queremos guardar una imagen TIFF de 48 bits en formato JPEG es necesario cambiarla previamente a modo 24 bits (8 bits/canal), ya que los archivos JPEG no soportan más que 8 bits/canal de color.

Un archivo RAW es información sin procesar, en estado bruto, por ello nunca debemos desprendernos de los archivos en este formato, aun cuando los "pasemos" a imágenes TIFF o JPEG, porque en función de la aplicación de imagen obtendremos diferentes resultados, y según avancen los programas de edición de imagen podremos obtener mayor calidad de un mismo archivo RAW, al recalcular la información contenida en él para la obtención de la imagen, algo que no es posible con los archivos universales TIFF y JPEG.

Los archivos en formato RAW gozan de una enorme flexibilidad, ya que con posterioridad a la toma podremos modificar el equilibrio de blancos, el nivel de definición, modo de color..., de manera que podremos hacer y deshacer a nuestro antojo, permitiéndonos generar tantas fotos "diferentes" como queramos, basándole en los datos en bruto, como si de un negativo se tratase, por eso debemos conservarlos.

De las imágenes tomadas en RAW podemos obtener archivos TIFF de 48 bits (16 bits/canal) o 24 bits (8 bits/canal), debiendo escoger el formato de 48 bits, especialmente si vamos realizar modificaciones sobre ellas -niveles, curvas, color...-, ya que soportan mucho mejor las alteraciones al contar con una mayor información por píxel que las imágenes de 24 bist.